miércoles, 14 de agosto de 2013

Capítulo 2

En situaciones normales, Gina y Grisam se habrían sentido cómodos con todo aquel que entraba en la sala, puesto que sólo ellos dos podían hacerlo. Había habido un par de ocasiones en las que alguien más había entrado allí, pero a elección de los dos adolescentes. 
Pero no esta vez. Seguían de pie, frente a la puerta abierta de la sala sin saber cómo reaccionar. O, al menos, Gina no lo sabía. Estaba claro que Grisam estaba sorprendido por la repentina visita, pero parecía relajado. Actuaba como si no pasara nada, como si aquello fuera solo otra parte de su rutina. Ocultando, como siempre, todas sus emociones.

Era un alumno. Gina lo había visto un par de veces por los pasillos, pero nunca había hablado con él. Tan siquiera estaba segura de saber su nombre.

-Cómo has llegado aquí -dijo Grisam, con su particular manera de insinuar que responder era más una orden que una opción, y sin ningún matiz interrogativo. 

-¿Qué es esto? -quiso saber el chico. -Nunca lo había visto. Es tan... grande. Guau, qué pasada. 

-¿Cómo has llegado? -volvió a preguntar Grisam. 

-Oye, ¿eres nuevo aquí? Nunca te había visto. 

Por primera vez desde que llegó, los dos chicos se miraron a los ojos. Gina los miraba a su vez, y casi podía adivinar lo que pasaba por la cabeza del chico: los ojos que veía, de un extraño color amanecer, reclamaban atención.

-Tus ojos... -dijo el chico rompiendo la conexión visual. 

-Respóndeme -urgió Grisam. 

-Bueno, pasaba por aquí y he visto la puerta. Nunca la había visto antes, así que he entrado. Ya sabes... simple curiosidad. ¿Eres profesor? ¿Me he metido en un lío? 

-No -respondió Gina, mientras para sí pensaba "pero yo sí"-. Pero tienes que irte,...

-Logan.

-Eso. Tienes que irte, Logan. -La chica, al ver que el alumno no se movía, lo apremió. -Ahora.

-Ya, sí, bueno... -Antes de que pudiera decir nada más, Grisam lo había echado. 

Permanecieron unos segundos con la mirada fija en puerta, en silencio, hasta que Gina se dio la vuelta y se dejó caer en el sofá. El chico se colocó delante de ella, con los brazos cruzados sobre el pecho. 

-¿En qué estabas pensando, Gina? ¿Te das cuenta de lo que acaba de pasar? No sé cómo tengo que explicarte que tienes que cerrar el portón en cuanto entres. -La voz del chico seguía sin mostrar estrés, pero Gina sabía que estaba enfadado, y ahora que Logan se había ido, temía que pudiera perder el control.

-Lo he cerrado, ¿vale? Lo hago cada vez que vengo -aseguró. 

-Ya, pues algo pasa, porque él la ha visto.

-¡Puede que sea uno de los elementos! -exclamó la chica, reacia a aceptar que había sido por su culpa. 

-No. Eso es absurdo, lo sabría -razonó él-. Y él también. Por el amor de Dios, si todo lo que se le ha ocurrido decir era que esto es grande, Gina.

-Relájate, ¿quieres? Es un chico que ha entrado por una puerta, nada más.

-Sí, una puerta que acaba de salir de la nada y que nunca volverá a ver. ¿Cómo crees que se tomará eso? 

-Pensará que es un sueño, Grisam.  Es un chico estúpido, como el resto de la gente aquí. 

-Un chico estúpido que ahora sabe la existencia de esta sala y que probablemente se lo haya contado ya a medio internado. 

-La próxima vez que venga no verá nada. Es un simple chico, Dios. 

Grisam guardó silencio y se dejó caer al lado de Gina con un suspiro. 

-Sal -dijo al fin-. Comprueba que ya no se ve desde el otro lado. 

La chica se levantó, y lentamente se acercó al portón para hacer lo que el chico le decía, mientras sus mechas cambiaban de color. 


~ESPERANZA~

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