Gina
entró apresurada en la biblioteca, sin saber exactamente por dónde comenzar a
buscar. Parecía una petición insólita, pero ¿no lo era todo lo que deseaban las
hadas?
Tenía
que darse especial prisa si no quería verse descubierta, el corazón le latía
con fuerza, resonándole en los oídos. Prácticamente a la carrera recorrió todos
los pasillos hasta dar con el que necesitaba.
No
tardó más de dos segundos en hallar el preciado volumen, pero no era eso lo que
Galatea quería, lo que ansiaba era algo mucho más complejo que un simple
libro antiguo de hechizos. Gina se estremeció sólo de recordarlo.
Lo escondió
debajo de la camisa del uniforme, y volvió de nuevo al pasillo
central, aun le quedaba una cosa por hacer. Se acercó a la sección que
correspondía con las iniciales GBC, y revolvió entre las estanterías hasta dar con
una encuadernación pesada de cuidada y gruesa tapa con adornos florales. Lo
asió contra el pecho y se fue en dirección a la puerta.
No
distaba muy lejos su sala de la biblioteca, pero cuando iba de camino escuchó
un creciente murmullo de voces. Se ocultó tras una de las columnas para
observar sin ser vista y cual no fue su sorpresa al ver a Logan seguido por
casi veinte alumnos más.
Se
quedó petrificada en el sitio, sabía perfectamente a dónde se dirigían sin
tener siquiera que suponer su dirección, escuchó su voz por encima del resto,
mientras los guiaba por los pasillos, susurrando animadamente sobre lo que
acababa de ver.
-
Es que nunca la había visto antes ¿sabes? Sí, sí, en medio de la pared... Pues
claro que había gente, estaba esta chica... sí, la pelirroja... eso, eso Gina y
otro chico. Sí, no... bueno, no sé, a ese no lo conozco, será nuevo...
Las
mechas en su pelo resplandecían ardientes cómo el fuego, ¿cómo no había podido
reparar en Logan? Pero, lo peor de todo ¿cómo haría para entregarle a Galatea
lo que necesitaba?
Aun
disponía de tiempo, se dijo en un vano intento de tranquilizarse, y todavía le
quedaban un par de cosas más por hacer para complacer al hada. Dio media vuelta
y corrió en dirección a su cuarto, con los nudillos blancos por la fuerza con
la que apretaba el libro contra sus costillas.
Cuando
llegó estaba completamente sin resuello, le costaba respirar e hiperventilaba
ruidosamente. Depositó sus pedidos encima de la mesa de estudios y los
observó realmente por vez primera.
No
eran nada fuera de lo normal, no encontró ningún detonante que le llevara a
pensar que aquellos no eran tomos totalmente normales y corrientes, salvo por
lo que había en su interior, claro.
Prefirió
no pensar mucho en eso último, y cogió su neceser para ir a darse una ducha, lo
más probable era que el calor del agua le relajara los músculos e hiciera que
olvidase durante un corto lapso de tiempo todo lo que había acontecido en apenas
unas pocas horas.
Bajo
el tranquilizador chorro de agua no dejó de tararear aquella melodía, una que
se le había aparecido en sueños recientemente, y que tal vez no significara
nada, pero a ella le resultaba curiosamente familiar. El ritmo la envolvía y la
hacía sentir a salvo, habría repetido tantas veces esa canción en los últimos
días que parecía que la hubiese conocido desde siempre.
De
nuevo en el cuarto se percató de algo inusual, hacía más frío de lo normal,
incluso para la época del año en la que estaban, de hecho, no recordaba que lo hiciera cuando había salido y encima de su cama había algo
parecido a escarcha derritiéndose.
Galatea.
Pero
el hada no estaba allí de cuerpo presente, al menos no a simple vista, recorrió
varias veces con la vista su dormitorio hasta que dio con una nota congelada tirada en el
suelo.
A
Gina no le gustaban esa serie de secretismos y empezaba a estar harta de su
actitud y comportamientos infantiles. Mas lo que había escrito en el helado
trozo de papel nada tenía que ver con pensamientos y reacciones de niños, sino,
más bien, todo lo contrario...
Un
estruendo la sacó de su ensoñación, llamaban a la puerta. Estaba casi segura
que al otro lado se encontraría a la diminuta figura de níveos cabellos
aguardándola, aunque, por otro lado ¿por qué se molestaría en llamar en vez de
entrar directamente?
Y
no, lo que había congregado en su puerta era una masa humana expectante, con el
rostro lleno de evidentes signos de entusiasmo, lideradas por Logan...
~ESTER~
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